No voy a entrar en los motivos que lleva a alguien a querer conservar un portátil tan obsoleto, como el que voy a tratar en este artículo, si no es con el software de la época, es decir, Windows XP. El caso es que una amiga quería que en un Fujitsu Amilo Pro de 2005 le instalara Windows. Un Windows con el que poder desenvolverse a día de hoy.
Lo había llevado a un servicio técnico y estos habían optado por la solución fácil, instalar Ubuntu, y a correr. Mi amiga, acostumbrada a trabajar con equipos Windows, no encontraba nada. Independientemente de lo hábil que se sea con la tecnología, hay que reconocer que Ubuntu es un entrono poco amigable.
Como sabéis que me gustan este tipo de retos, me puse a ver las características de que disponía este Amilo Pro V2040. Lo de Pro me resultaba cachondo, porque sería pro en 2005, en 2023 es material para el museo de la chatarra, pero bueno, vamos a ver lo que se puede hacer.
La web de Fujitsu no daba muchos animos que digamos.
Vamos al tajo:
- Cuenta con solo una bahía de memoria DDR2, afortunadamente. Le pongo un módulo de 2gb, más imposible.
- Cuenta también con sata en las conexiones de disco duro. Sería de los primeros equipos con este tipo de conexión. Ahora entiendo lo de Pro. Pongo un SSD de 240 gb. No necesita más.
Vamos con la instalación de Windows:
- Por supuesto 32 bits.
- Lo primero es descargarse la ISO de Windows 10 Home 32 bits de la web oficial de Microsoft.
- Y con la herramienta de creación de medios podemos crear un soporte con el sistema operativo. Puesto que el portátil tiene unidad óptica, pero no es DVD, no podré grabar la ISO en ese soporte, sino que deberé instalarlo en un pendrive, y ver si la «reliquia» soporta el arranque desde USB.
- Afortunadamente, con el pendrive en un puerto USB, entro en la BIOS y lo reconoce. Arranco el portátil desde el pendrive y al cabo del rato… Chas! BSOD
Normalmente por ese código de error el problema suele estar o en la RAM o en el disco duro, pero en este caso no se debe a problemas en ninguno de ellos, y lo peor de todo es que no he descubierto a que se debe el error. Solo se me ocurre que al estar intentando meterle un software tan nuevo a un hardware tan obsoleto, en algún punto de las comprobaciones internas se quede sin saber lo que hacer, y saca la típica pantalla azul.
Opto por el plan B. Este normalmente no suele fallar. Tengo un portátil Asus X54H de 2014, un i3 con 8gb de RAM que empleo en estas ocasiones. Le pongo el ssd del Amilo y procedo a instalar Windows 10. Realiza la instalacion sin problemas y con el primer reinicio apago el portátil. Saco el SSD y se lo pongo al Amilo.
Enciendo el portátil antiguo y espero que Windows instale todos los controladores descargándoselos desde Internet a través de cable LAN. Los que no sea capaz de instalar por sí solo, los instalaré manualmente.
Esta es la única manera que he encontrado de instalar W10 en ese equipo tan obsoleto. Ni que decir tiene que si Windows hubiera encontrado que el viejo portátil no cumple con alguno de los requisitos establecidos para la instalación de Windows 10, no hubiera arrancado. O quizás estemos ante el método para saltarse las restricciones. ¿Tú que opinas?
Si estás leyendo este artículo y sabes una forma de hacerlo más sencillo, agradecería que dejaras un comentario.
Al fin y al cabo una de los cosas que mejoró mucho de Windows 7 al 10 fue el tema de la instalación del sistema operativo, imitando el método de Linux.
Finalmente han habido dos cosas que me ha sido imposible solucionar:
- no saca audio porque no existe driver en Windows 10 para la tarjeta de sonido.
- no funciona el Wifi, por el mismo motivo.
Para ambos problemas la solución ha pasado por instalar dispositivos por usb, tanto la tarjeta de sonido como la tarjeta wifi. Afortunadamente el equipo dispone de 4 conexiones USB y todos funcionan.